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¿Qué vender y comprar para no perder dinero en los próximos 10 años?

Jueves, 18 de noviembre de 2010

He leido unas opiniones que me han gustado y traslado al blog a modo de apunte, son de Gary Shilling, un reputado economista que ha escrito un libro La era del desapalancamiento… se trata de recomendaciones para los próximos 10 años en lo referente a inversión

¿Qué hay que vender?

1. Bancos e instituciones financieras:

Sus motivos para dudar de la rentabilidad de este sector tienen que ver con las nuevas regulaciones que empezarán a entrar en vigor y que tendrán un gran impacto en el capital de las entidades. Y también con el volumen de préstamos hipotecarios que acumularán en los próximos cuatro años, que cifra en 800 millones de dólares.

2. Compañías de tarjetas de crédito y de créditos al consumo:

En su opinión, estos “tipos” actúan como si la mentalidad de veinteañeros de pide prestado y vete de fiesta estuviera en pleno auge. Pero no es así y habrá más caídas en el gasto a medida que los ciudadanos se vean abocados a incrementar su ahorro.

3. Constructoras:

Shilling está convencido de que el mercado residencial irá a peor y que, tras los descensos que ya acumula, la vivienda se abaratará entre un 10% y un 20% más.

4. Agencias inmobiliarias:

Al igual que en el caso anterior. Y se muestra tajante: los stocks son excesivos, los cierres de oficinas seguirán al alza y tendrá problemas con las financiaciones concedidas para la compra de casas.

5. Materias primas:

El economista explica que son activos para especular que entrañan un elevado riesgo. “Son inversiones poco atractivas para los años venideros”, indica en su libro.

6. Bonos basura:

La caza de la rentabilidad puede acabar siendo perjudicial porque los impagos acechan de forma creciente. Además, los retornos se verán reducidos a la mitad por la lenta recuperación económica y la deflación.

7. Compañías que vayan mal:

Las define como aquellas con un crecimiento de ingresos por debajo de la media, elevados coste estructurales y mucha deuda. Una combinación letal cuando el único camino para alcanzar mayores beneficios o lograr estabilidad es reducir costes.

8. Empresas de productos de consumo:

De nuevo insiste en la idea de que el ahorro se impondrá al gasto en los hogares estadounidenses, con lo que es mala idea mantener es su cartera acciones de compañías relacionadas con la industria automovilística, hotelera o de restauración, por ejemplo.

9. Productores de bienes de equipo no tecnológicos:

Un sector en claro descenso debido al exceso de producción y a la menor inversión de las empresas.

10. Antigüedades o arte:

No son buenas inversiones porque no son líquidas y por la enorme diferencia que en ocasiones existe entre el precio al que se adquieren y su valor real.

11. Acciones y bonos de mercados emergente:

Para Shilling, los riesgos de invertir en estos países están “por todas partes”. El problema reside en su dependencia con respecto a las economías desarrolladas, que las arrastrarán. Sobre China afirma que se está recalentando.

12. Japón:

El país no acaba de salir del estancamiento económico en el que se encuentra sumido desde hace años y, de cara al futuro, el experto prevé que su menguante y cada vez más envejecida población, así como la reducción de las exportaciones, lastren aún más su recuperación.

¿Qué hay que comprar?

1. Productores de ingresos:

De esta forma, se refiere a aquellos activos cuya actividad garantiza que tendrán ganancias. En este saco incluye a acciones las tecnológicas y de telecomunicaciones, farmacéuticas, con participación estatal, y también a bonos municipales, preferentes, etc.

2. Energéticas estadounidenses:

La energía producida “nunca es suficiente” y las importaciones son “inestables”. Por eso, asegura con cierto humor que el futuro para este sector es “muy luminoso”.

3. Inmuebles industriales y apartamentos de alquiler:

Shilling cree que son una buena opción ante la caída de la vivienda residencial.

4. Asistencia y seguros sanitarios:

Lo define como un gran sector que representa “el 16% del PIB y creciendo”. Es malo para los contribuyentes, pero muy bueno para los inversores.

5. Dólares:

El economista confía en que la divisa estadounidense continuará con su rally al alza e invita a invertir a través de futuros, puts o ETF.

6. Bonos del Tesoro y de alta calidad:

Son ganadores a largo plazo. Shilling propone amarrarse a ellos ante la “tormenta deflacionaria” que sufrirá la economía estadounidense.

7. Alimentación y productos de primera necesidad:

Por mucho que haya que apretarse el cinturón, las familias tendrán que seguir comprando comida y cepillos de dientes y necesitarán lavar la ropa.

8. Potenciadores de la productividad:

Es el término que emplea para calificar a todo aquello que contribuya a mejorar a reducir costes e incrementar la productividad.

9. Pequeños lujos:

También llamado cheap chic. Y es que a pesar de que la frugalidad sea la nota dominante, hay cosas a las que determinados bolsillos no van a renunciar. Pueden ser chocolates caros, vino, un bolso…

10. Asesores financieros y de inversión:

En un mercado tan volátil y con un entorno tan inestable, el temor a las pérdidas o incluso a los bajos rendimientos hará que muchos pequeños inversores acudan en busca de los servicios de un profesional.

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